Ante la ola de incendios forestales que se registra en la patagonia argentina, el diputado Nacional por el Movimiento Popular Neuquino, Rolando Figueroa, presentó en la Cámara Baja un pedido de informe al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que encabeza el ministro Juan Cabandié, sobre la actuación del Servicio Nacional de Manejo del Fuego en los incendios que afectan al lote 39 de Quillén, Aluminé, en la provincia del Neuquén.
En el proyecto de resolución, el diputado neuquino indicó que debido a la sequía que afecta a toda la región, se espera que este tipo de eventos se repitan “ya que las condiciones climáticas prevén tormentas eléctricas y más tormentas secas con rayos”. “Lamentablemente situaciones similares se repiten a lo largo y ancho del país, por eso se vuelve fundamental contar con un Servicio Nacional de Manejo del Fuego eficaz, eficiente y robustecido”, indicó en los argumentos del proyecto, y recordó que la provincia ya declaró Estado de Emergencia Ígnea por riesgo extremo de incendios en todo el territorio.
Figueroa pide al Ejecutivo Nacional conocer el rol que tuvo el Sistema Nacional de Alerta Temprana y Evaluación de Peligro de Incendios en el lote 39 de Quillén, los recursos puestos a disposición y los que actualmente se encuentran a disposición del Sistema Nacional de Manejo del Fuego en materia de prevención y vigilancia de incendios en el país y su distribución geográfica.
Además, solicita que se indique si se han realizado estudios para identificar y categorizar las causales de los masivos incendios forestales ocurridos en los últimos 24 meses en la Patagonia y si se prevén acciones especiales para los territorios pertenecientes a Parques Nacionales, ante los múltiples focos ígneos y las condiciones climáticas adversas de los últimos años. En este mismo sentido, requiere saber si se está desarrollando algún plan de acción específico para la región.
En la provincia del Neuquén, el fuego se produjo en el Lote 39 de Quillén en la Localidad de Aluminé, afectando más de cuatro mil hectáreas de bosque nativo. Unos 200 brigadistas trabajan a destajo para intentar detener el avance de las llamas, en medio de un clima adverso por la falta de lluvias, jornadas de intenso calor y rotación del viento.