El neuquino Miguel Manríquez, un atleta no vidente, junto a más de 350 personas hicieron cumbre en el cerro Teta para concientizar sobre la importancia de la detección temprana de esta enfermedad.
Miguel junto a su hija Solange, de 15 años, y su compañera Lorena, junto a otras personas, la mayoría mujeres, llegaron a la cumbre y lo hicieron con una vestimenta de color rosa tras una caminata por pistas y senderos del cerro Chapelco.
“La convoqué a mi hija a hacer este ascenso porque considero muy importante que vaya tomando conciencia de los cuidados para prevenir la enfermedad”,comentó a LMNeuquén Manriquez quien agradeció la convocatoria por parte de Chapelco Ski Resort para participar de esta actividad de concientización.
Contó que es la primera vez que participará de esta campaña “porque siempre me coincidía con alguna carrera”. Se mostró muy entusiasmado de compartir el ascenso con personas que han atravesado y superado la enfermedad o tienen algún familiar o conocido que la está transitando. Por otro lado destacó la importancia de difundir un mensaje de prevención y concientización.
La foto áerea tomada cuando los y las participantes formaron el lazo rosa será usada para difundir el propósito de esta campaña que recuerda la importancia de que las mujeres se realicen los estudios médicos anuales para detectar precozmente la enfermedad y así salvar vidas.
A los 9 años, Miguel perdió el ojo izquierdo en un accidente con un palo con el que estaba jugando en la chacra de sus abuelos. Continuó su vida, se casó, fue papá, pero a los 44 años perdió el otro ojo en un accidente laboral al manipular un alambre en la empresa en la que trabajaba. Estuvo internado cuatro meses, se sometió a varias operaciones y cuando salió al mundo, lo hizo en la oscuridad total.
Miguel se sumergió en un tiempo de tristeza y depresión hasta que se acercó a Puentes de Luz, una ONG creada en 2006 en San Martín de los Andes que brinda atención a las personas con discapacidad para mejorar su calidad de vida. Allí empezó un taller de radio y luego a trabajar en un invernadero y se encontró con el psicólogo Luis Rodriguez, director ejecutivo de la entidad, quien lo impulsó a empezar a trotar por la Laguna Rosales. En ese momento, se acordó de los llantos de su hija, que cuando tenía 4 años lo convocó a una caminata que organizaba el jardín de infantes en la que los padres con sus hijos tenían que dar una vuelta por el centro de San Martín de los Andes. Miguel se negó a ir porque tenía miedo de hacerla caer, de chocarse con la gente. “Soy ciego, tengo miedo”, le dijo a la pequeña. Esa tarde, Miguel pensó que era cierto que estaba ciego pero que podía caminar, podía hablar, podía moverse y hacer cosas. “Me pregunté qué estaba haciendo con mi vida y me propuse cambiar eso”, describió.
Después que empezó a trotar por la Laguna Rosales, junto a su guía Cristian Barrero, Miguel se metió en el mundo del running y en abril de 2019 participó de Patagonia Run, la carrera de montaña más importante de Sudamérica, en la que corrió 110 kilómetros por caminos y senderos exigentes. Entre otros desafíos, en diciembre de ese año realizó el Cruce de Columbia, saliendo de San Martín de los Andes y recorriendo unos 100 kilómetros a través del volcán Lanín y cruzó la meta en Chile. Cristian como Benjamín Soto, son los guías, los que lo acompañan, «mis ojos» en el circuito.
En diciembre de 2021, tras varias horas de caminata cumplió su sueño de hacer cumbre en el Lanín en un día en una expedición de atletas y deportistas organizado por Puentes de Luz.
Este desafío significó mucho para el deportista «porque siempre que venía por la ruta para Junín de los Andes aparecía esa imagen imponente de esa cumbre tan lejana. Ahora uno puede decir, yo estuve ahí, en esa cumbre, y haber llegado sin dificultad y con la gente que me acompaña», explicó. Barrero y Benjamín Soto son desde hace tiempo los guías de Miguel en sus travesías y quienes lo acompañaron en esta aventura de llegar a lo más alto del Lanín, allí a los 3776 metros de altura sobre el nivel del mar.
Cabe señalar que Puentes de Luz organizó este desafío denominado «Un volcán de superación», una de las principales actividades de recaudar fondos para la entidad. Estos desafíos deportivos siempre estuvieron motivados por una causa superior que lleva adelante Puentes de Luz, vinculada al proyecto Casatuya que promueve la vida independiente de personas con discapacidad, evitando la institucionalización cuando los padres falten o quieran independizarse.
Desde 2017 una acción para tomar conciencia
La campaña JuntosAlTeta rememora la determinación de un grupo de mujeres que padecían cáncer de mama junto a otras ya recuperadas, quienes en los años ‘90 treparon hasta la cumbre del cerro Teta como símbolo de lucha y superación, para demostrar que es posible alcanzar la meta de vencer a este enfermedad, con un diagnóstico a tiempo.
Chapelco Ski Resort decidió desde 2017 replicar esta acción en verano e invierno para visibilizar la importancia de detectar precozmente la enfermedad y así salvar vidas, lo que se logra a través de la consulta médica periódica.
Además Chapelco Ski Resort sumó el respaldo institucional de Lalcec (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer) entidad que incluyó esta fecha anual en su calendario de acciones de concientización.
Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial son prácticamente del 95%. La técnica para su detección es la mamografía, que permite detectar lesiones.
Una celebración de vida
“Yo atravesé esto y estoy viva”, es una de las tantas frases que se suele escuchar de boca de algunas de las cientos de personas, entre hombres, mujeres y niños, que hacen cumbre en el cerro Teta, que integra el Cordón Chapelco y forma parte del centro de esquí.
Muchas son las personas que van a realizar trekking en este lugar increíble y deciden sumarse a la campaña Juntos Al Teta. Ascienden de forma gratuita por telecabina hasta plataforma 1600, donde comienzan la trepada por senderos y laderas del centro de esquí hasta la cumbre. “Nosotros vinculamos la convocatoria con la vida, es una celebración y en eso se convierte esta campaña porque la gente llega a la cumbre muy emocionada. Después de una trepada y de hacer cumbre, que es una experiencia única, la emocionalidad fluye”, describen desde el centro de esquí.
(Fotos: Cerro Chapelco)