El Colegio San José Obrero, la emblemática institución educativa de Neuquén capital que se destaca por su trabajo de formación en oficios, a partir de ahora ya cuenta con un taller de panadería y repostería propio, que le permitirá no solo capacitar a los estudiantes sino también fabricar el pan para consumo de los alumnos y además poder habilitar un local de venta al público “a precio social”.
La obra fue posible gracias a un aporte de casi 10 millones de pesos de la Legislatura de Neuquén (destinado a obras, equipamiento e insumos), Pan American Energy y la fundación Conygriega, mientras que las capacitaciones estarán a cargo de profesionales del Sindicato de Panaderos.
En el acto de inauguración, el vicegobernador Marcos Koopmann destacó que “después de varios meses, hoy podemos ver concretado un proyecto que fue posible gracias al trabajo en equipo entre instituciones del sector público y privado, que permitirá ampliar las posibilidades de nuestros jóvenes para capacitarse y mejorar sus condiciones de empleabilidad”.
“Para la Legislatura es un orgullo poder acompañar la tarea educativa y social que realiza el Colegio San José Obrero, que con sus 54 años de existencia marcó la vida de muchos neuquinos y neuquinas, y queremos destacar el compromiso mostrado por sus autoridades, los docentes y por los mismos alumnos que con su propio trabajo fueron dando forma a este espacio que hoy se está inaugurando”, expresó Koopmann, agregando que “este taller de panadería se sumará a los que ya se dictan en la institución, como carpintería, tornería, soldadura, mecánica y electricidad”.
Por su parte, el director del colegio, Gastón Maina detalló que gracias a los talleres de panadería y repostería “se le podrá dar más oportunidades a gente joven que quiera formarse en este oficio”.
Con respecto a los cursos gratuitos que se realizarán entre octubre y enero, Maina explicó que a través de las redes sociales del colegio ya se encuentra abierta la preinscripción y que estarán destinados a mayores de 18 años donde se priorizará a aquellos jóvenes que están desocupados para que cuenten con una pronta salida laboral.
Para finalizar, Koopmann además remarcó que “este proyecto va a generar una economía circular, porque no solo los jóvenes van producir el pan para su consumo personal, sino también porque van a poder venderlo para que los talleres continúen creciendo y más chicos y chicas sigan formándose en oficios”.