Desde San Martín de los Andes, Mauro Querejeta un experto que se desenvuelve en el sector de la construcción de viviendas patentó un invento que podría llegar a revolucionar la industria.
Se trata del ladrillo eficiente Qbrick, (patentado con el número AR096569B1), más específicamente un mampuesto (ladrillo) tricapa con el cual se logra construir paredes y muros en forma práctica y sencilla, con el agregado de brindar una alta capacidad de aislación térmica y acústica que lo diferencia de sus similares ladrillos que existen actualmente (sean de hormigón, arcilla o los que se hacen a través de componentes simples, principalmente arena, combinada con cemento, cal, y un agente expansor).
“Esta tecnología permite transformar cualquier mampuesto conocido en uno con capacidades aislantes que superan incluso normas internacionales con niveles de eficiencia energética sin precedentes. Se trata de un ladrillo de tres capas compuesto por dos caras externas unidas a un núcleo aislante. Dada la gran posibilidad de combinaciones entre ladrillos y aislantes los niveles de valor k (valor K refiere a la conductividad térmica de los elementos, cuanto menor es el valor K de un elemento, mayor es su propiedad aislante) llegan a capacidades extraordinarias. Esto da como resultado un mampuesto con real ruptura de puente térmico, que, si bien se le incorpora mucha tecnología, no cambia en absoluto el tratamiento en obra ni la manera de construir muros tradicionales”, dijo a Infobae Querejeta.
“El ladrillo tricapa da como resultado un mampuesto con real ruptura de puente térmico, que, si bien se le incorpora mucha tecnología, no cambia en absoluto el tratamiento en obra ni la manera de construir” (Querejeta)
Actualmente existen muchos sistemas constructivos enfocados principalmente en la eficiencia energética, ya que en la actualidad, el consumo responsable de energía no es una cuestión de marketing.
Los ladrillos como elemento constructivo tienen cientos de años de existencia en la evolución y construcción de ciudades. Están incorporados en la cultura de la humanidad. Querejeta, amplió: “Todos sabemos que es un ladrillo, incluso en muchos casos se utiliza como refugio de inversión y muchos destinan sus dólares en el segmento para que no se desvalorice la moneda o esta se aprecie con más fuerza”.
Según el inventor del ladrillo que fue patentado ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), dijo lo siguiente: “Se me ocurrió la idea de crearlo, pensé en ese derecho adquirido y en vez de tratar de cambiar radicalmente la forma de construir (como los actuales sistemas edilicios), traté en incorporarle tecnología a uno de los elementos más antiguos y más utilizados por el hombre (actualmente se producen y se consumen más de 100 millones de ladrillos por mes en Argentina)”.
Hoy para emplear cualquier sistema constructivo industrializado o modular, es necesaria mano de obra muy calificada, esto hace que sea muy lento el avance de la edificación en seco, argumentan desde el sector ladrillero.
Querejeta, sostuvo que su intención es “que el sector pueda poner en manos de sus clientes un ladrillo como este, y así se estaría trabajando en un punto bisagra para el futuro de la construcción sustentable. Si pudiéramos imaginar que ese tan alto porcentaje de edificación tradicional se hiciera con un ladrillo súper eficiente, podríamos llegar pensar en cambiar la matriz energética de un país. El ahorro en energía podría superar en más de un 50% respecto de lo que conocemos”.
Como se hacen
Existen dos formas de fabricar estos ladrillos eficientes, una por inyección de poliuretano y la otra al adherir al núcleo de las piezas de Poliestireno Expandido (EPS).
“En estos años hemos contactado a una de las empresas líderes en automatismo a nivel mundial, con sede en Alemania, con la que desarrollamos una línea de producción para inyección de poliuretano totalmente automatizada capaz de producir más de 12 millones de unidades por año. Son producciones compactas pensadas para ser instaladas en los finales de las líneas de fabricación de ladrillos”, comentó Querejeta.
Reducir costos
Otra de las ventajas es que se puede lograr un ladrillo de un costo de muy baja incidencia en la obra. Obviamente que cuando se logre producir a gran escala los valores serán competitivos. “Hoy nos encontramos en diferentes negociaciones con empresas muy importantes, incluso alguna que no pertenece directamente al rubro ladrillo, pero si con una muy fuerte presencia en el mercado de la construcción que miran muy atentamente el volumen que se maneja en la industria, tanto ellos como nosotros vemos una gran oportunidad en este mercado que es tan grande”, comentó Querejeta.
Según datos publicados por las distintas fábricas de ladrillos, se estima un volumen de al menos 80 millones de ladrillos mensuales, lo que da un aproximado de 5,5 millones de metros cuadrados de muros por mes.
Perfil de curioso para inventar
Con 48 años, Mauro Querejeta siempre estuvo vinculado con la invención, innovación y el mundo de la construcción (venta de materiales).
“Mi familia hace más de 40 años que tiene su empresa vinculada al rubro. Mi perfil es de emprendedor, desde muy chico tuve mucha curiosidad por todo lo relacionado con lo nuevo y distinto. Me auto defino como un emprendedor puro. Siempre quise transitar mi propio camino, es así como entre tantas cosas, una de las más trascendentales que hice fue la creación e incorporación, hace más de 15 años del sistema constructivo SIP (panelería) en la Argentina, actualmente unos de los sistemas industrializados más consolidados en el país, como verán, no por esto he dejado de pensar en que siempre hay algo más”, concluyó.