A María Eugenia Porro, quien trabaja en el CMIC, le sacaron 130 mil pesos. Pide una respuesta al banco Credicoop con urgencia. «De algo tengo que vivir», resaltó.
Hay alerta en la región por una nueva estafa que se dio a conocer públicamente. La víctima es una joven médica que está haciendo su residencia clínica en el CMIC y, el 4 de octubre, ingresó al homebanking de su cuenta bancaria para realizar una operación, pero antes de concretarla, el dinero que tenía desapareció.
Desde el banco Credicoop, donde tiene la cuenta, le dijeron que pudieron haberle duplicado la página web mientras realizaba la operación. Sin embargo, la damnificada aclaró que no llegó a dar sus datos personales y la página se veía normal. En total, le sacaron 130 mil pesos. Le quedó un saldo aproximado de 800 pesos.
Sin embargo, no pudo hacer la operación. Por alguna razón que no se explica, el sistema no la dejó. «Vuelvo a mis movimientos, y la plata de mi sueldo que me habían depositado ese mismo día -el 4 de octubre- ya no estaba. Me faltaban 130 mil pesos», advirtió.
A partir de ahí comenzó un derrotero de reclamos, idas y venidas y llamados al 0800 del banco Credicoop. «Lo primero que hice fue constatar a través de mi celular si veía bien, si la plata que tenía se me había ido en minutos. Y sí, registraba una transferencia bancaria que yo no había hecho por el valor de 130 mil pesos. Luego descargué el comprobante y llamé al 800 del banco, donde me atendió un operador, quien constató la situación», relató.
Tras la comunicación telefónica, y por recomendación del operador, se acercó hasta un cajero del banco para cambiar o dar de baja las contraseñas. Le dieron un número de reclamo y le informaron que el banco se iba a tomar un tiempo para investigar el hecho.
También realizó la denuncia correspondiente en la Comisaría Primera y en Defensa del Consumidor. Con esa documentación se acercó hasta la entidad bancaria para reforzar su reclamo. Sin embargo, por ahora no ha tenido respuesta alguna.
De manera paralela pudo realizar sus propias averiguaciones. Así fue que constató que la transferencia se realizó a una cuenta que pertenece a otro banco (ITAU) en Buenos Aires. «Cuento con el CUIL, y la cuenta y la persona existen», aseveró.
La nueva estafa se suma a otras que tuvieron repercusión mediática cuando otro médico con domicilio en Cipolletti sufrió una maniobra parecida y tras reclamar públicamente por la devolución de su dinero, el banco en cuestión se hizo cargo y resolvió su problema. Otros damnificados en la región no contaron con la misma suerte.